Letonia muestra un desequilibrio de género que ya condiciona la vida cotidiana: hay apenas 84 hombres por cada 100 mujeres, según datos oficiales. Esa relación dispar abrió paso a un mercado inusual y rentable: las empresas que ofrecen maridos por hora, profesionales contratados para tareas domésticas, acompañar a eventos o resolver arreglos puntuales.